URBANISMO - Incumplimientos a gogó y todos satisfechos - DINERO AL BOTE
Causa estupor oir como en Ares se habla, por unos y otros de respeto a la legalidad en lo que a construcciones se refiere, sin que a nadie le caiga la cara de vergüenza.
Ilegalidades y adefesios se aprecia que hubo, hay y habrá.
Cualquiera, sin ser experto, lo comprueba dando un par de vueltas.
Construcciones que invaden aceras en la avda. de Mugardos, retranqueos fuera de medida en el Mazote, calles estrechas que apenas cruzan dos coches en O Porto y donde nunca dá el sol; edificaciones y locales de uso público que no cumplen la Ley de accesibilidad.
Y así un cúmulo de despropósitos que culminan con el edificio del nuevo concello con parte en suelo no urbanizable. Antes no se hacía caso ni a las recomendaciones y avisos de la Xunta para corregir los desmanes urbanísticos.
Ahora se paralizan obras y se supone que habrá irregularidades en volumen, alturas, retranqueo, accesibilidad, inclinación de tejados, más habitabilidad de la permitida, etc.,etc.
Pero luego se reanudan las obras sin que aparentemente se derribe nada, ni se corrijan las causas que motivaron las paralizaciones y se diriman responsabilidades.
Todo se saldará con abrir un expediente, presentación de alegaciones, recurso que te crió, negociación de beneficios a cambio, quizá una sanción por infración y nada más. ¡Adelante!.
Incluso se intenta, como se habla estos días en la prensa de legalizar el Nuevo Concello, aunque para ello sea preciso modificar el Plan de Urbanismo.
Y las responsabilidades de autoridades y técnicos que permitieron esto ¿quién la asume?. ¡Menudo ejemplo!
El ladrillazo sigue mandando en todas partes y Ares no se escapa de ello en la escala que le corresponde. Porque aquí, segun rumoreos de ciertos adquirientes, también en la compra y adquisición de las viviendas se exige la entrega de "dinero negro".
Y... hablando ya en términos generales, sin referencia exclusiva a Ares, podemos decir que los promotores,técnicos y políticos de todos los pelajes y colores, se tapan unos a otros en una sorda defensa corporativa. ¡Oxe por tí e mañá por min!.
Existe como un pacto encubierto.
Se denuncian casos en épocas electorales, pero luego, conseguido el objetivo del poder ya todo se olvida. Se vuelven indulgentes con las tropelías cometidas.
Consideran que ya pagaron los perdedores con el castigo de las urnas y siguen tan campantes tolerando arbitrariedades. Y no emprenden acciones ni auditorías sobre quienes las cometieron antes, porque como dice un proverbio chino: "Perro no come carne de perro". Dando la triste impresión de que todos son bastante iguales: "Gato negro, gato blanco .... , lo importante es que cace ratones"
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