POR LA CRISIS: VUELVEN LAS "COSTURERAS A DOMICILIO"

Moderna máquina portátil SIGMA

POR LA CRISIS:  VUELVEN LAS "COSTURERAS A DOMICILIO"

Un oficio antiguo y que según leo vuelve ahora a resurgir, por razones de la crisis que nos atosiga, es el de las "costureras a domicilio".
Supongo que ahora llevarán para coser unas de las modernas máquinas ultraportátiles eléctricas y ligeras de peso y volumen.

Pero entonces vuelven a mi mente los nombres de las "costureras" que en mi niñez y adolescencia había en Chanteiro y que se dedicaban a ir por las casas a coser con su máquina "portátil" cargada en la cabeza.
Recuerdo perfectamente a "Lola da Roxa" "A Cuca", a "Juana de Rosalía", "Manola da Cochera" ya fallecidas y a "Fina de Rozas" que felizmente sigue viviendo en su casa del Curro y que pese a ser octogenaria, se encuentra en muy buen estado.

En nuestra casa tuvimos primero como "costurera" a "Lola da Roxa" o "Lola da Cuca".
Venía una o dos veces al mes y echaba el día entero. Aparecía por la mañana temprano, subía con su máquina al piso y se situaba en una mesita con silla cerca de una ventana, para aprovechar la claridad y al mismo tiempo enterarse de lo que sucedía por fuera.

Comía en nuestra mesa familiar de lo que había y trabajaba hasta que oscurecía. A veces volvía al día siguiente si le quedaba trabajo pendiente y si ese día no lo tenía comprometido para ir a otro domicilio.
No paraba un momento en su labor dándole a la manivela, la tijera y la aguja y dedal. Mi madre se encargarba de buscarle tarea cuando terminaba con un trabajo, ........ siempre aparecía algo que hacer.

Esta costurera que, -como las demás-,  vivía exclusivamente de esta labor, siempre estaba canturreanado y la canción que más repetía era "Virgen de Amor", por lo que familiarmente ya nos referiamos a ella entre el vecindario como "Virgen de Amor".
Más tarde tuvimos a "Fina de Rozas", que al ser más joven ya innovaba más, aportando algunos figurines y revistas de moda, para dar idea de los modelos a confeccionar.

Máquina portátil que tenía cubierta de madera

Porque estas mujeres eran modistas completas que diseñaban, cortaban y confeccionaban todo tipo de prendas: vestidos, camisas, chaquetas, pantalones, ...

Pero a las casas a lo que más venían era a remendar y reformar.
Se aprovechaban los vestidos al máximo, haciendo cambios de modelo con añadidos. También se arreglaba ropa de unas personas para otras, a veces despues de teñir las telas con cartuchos de "Tintes Iberia", hirviendo las telas con el polvo de color en una olla grande, dándole vueltas con un palo, dejando luego un tiempo a remojo y sacándolas después a secar.

Los calcetines se zurcían y se les daba la vuelta a los cuellos y puños de las camisas. Se hacían también delantales, pañoletas, escarpines, servilletas, sábanas, almohadones, camisones, pijamas y toda la ropa interior.

El día que venía la costurera a casa era un día distinto. Su compañía alegraba, hasta se comía mejor y siempre se conocía alguna novedad de lo que pasaba en la aldea y otros lugares.

Canillas y lanzaderas de la máquina

A mi me gustaba ver la puesta en marcha de la máquina. Colocar la aguja y enhebrar el hilo del carrete hasta la aguja, con todo un recorrido por un montón de enganches, alambres y discos de presión, hasta pasar por el ojo de la aguja en medio del prensatelas y dar luego las primeras vueltas al volante para que la aguja sacase el otro hilo de la "canilla".
Mas tarde ya se montaron algunos talleres de costura en casa de las modistas, a donde iban aprender las niñas al salir de la escuela. Y los padres que podían les compraban una máquina ya de pié para coser y bordar de las marcas Sigma o Alfa.

Sencilla máquina de pié - Las había con mueble

Porque las máquinas portátiles de las costureras eran más bien de las marcas Singer o Pfaff.
Mis hermanas tuvieron sus máquinas Sigma de pedal y yo era el encargado de engrasar, revisar y reponer la correa de cuero del volante de arriba al grande de abajo que se movía con el pié accionando el pedal.